jueves, 29 de diciembre de 2011

Café Kor


Café Kor es un restaurante informal ubicado en Sas útca, en el centro de Budapest. La decoración tiene un predominio de tonos cálidos y maderas, simulando un bistro parisino. El servicio es joven y dinámico. La carta se centra en platos de pato, pollo y ternera en cuanto a los principales y verduras y algún pescado en los entrantes.

Visita 12 de Diciembre de 2011

Habíamos realizado nuestra reserva con anterioridad por internet. El restaurante estaba lleno, incluso doblando mesas y eso que era un lunes por la noche.

Decidimos cenar a base de entrantes para compartir y esto fue lo que probamos:

Carpaccio de salmón con caviar rojo. Salmón de gran calidad acompañado de sus huevas, crema agria, mantequilla, pepino, tomate y cebolla.


Crema de aguacate con gambas.Sobre la cáscara de un aguacate, una mezcla del propio aguacate, manzana, pepino y gambas. Bueno sin más. Nada especial.


Foie de ganso al cognac. Excelente foie casero. La presentación del plato muy ochentera, con frutas cortadas "artísticamente", pero con gran calidad del producto central, el foie.


Queso de cabra a la parrilla con ensalada fresca. Enorme pieza de buen queso de cabra a la plancha acompañada de demasiada ensalada.


"Gulácsi" pancake. Un pille. Un pancake relleno de una ciruela híper amarga e inundado de semillas de amapola. Lo terminamos por vergüenza torera. Nos costó. Mucho.


Acompañamos la cena con dos vasos de medio litro de cerveza local Dreher.


Nuestra opinión es que cenamos en un buen sitio para una cena informal, si bien con algunos altibajos derivados, en parte, de nuestro desconocimiento de la carta.

Total factura: HUF 12.890 ( EUR 43,00)
2 cervezas Dreher: HUF 2.880 (EUR 9,60)

domingo, 11 de diciembre de 2011

Rodrigo de la Calle: gastrobotánica.

Si tuviéramos que jugar a decir una palabra cuando se nos dice un nombre seguro que al decir Rodrigo de la Calle diríamos Gastrobotánica y a la inversa, porque si algo define la labor de este cocinero es su pasión por el producto de la huerta unido a la técnica. Se puede hablar de una cocina con identidad propia donde la frescura y conocimiento quedan reflejados en cada uno de sus platos.
Tras trabajar en Mugaritz y Berasategui, Rodrigo de la Calle abre su propio restaurante en 2008. Desde entonces ha recibido premios como Cocinero revelación 2009 y Cocinero de año 2011 en Madrid Fusión. Y este año su primera estrella Michelin.



Visita 26 de Noviembre de 2011

Gran cocina que necesita mejorar en pequeños detalles de atención y servicio al cliente.
Estábamos convencidos de que Rodrigo de la Calle conseguiría su primera estrella, ya que el año pasado cuando fuimos comprobamos que es un cocinero brillante.
Reservamos para el sábado a las 10.30, nos llamaron para confirmar y así lo hicimos.
Al llegar nos hicieron esperar unos minutos en la parte de arriba hasta que un camarero, aprovechando que nos llevaba hasta la mesa, se bajaba un par de platos para otros comensales. No pareció un detalle fuera de lugar, esto es normal en un bar o mesón pero no es lo correcto en un restaurante de alta cocina.
Nos dejaron la carta y nos sirvieron inmediatamente los aperitivos.
Teníamos bastante claro lo que íbamos a tomar, entre las 10.40 -10.45, no vienen a tomar nota. Pedimos el menú gastrobotánico y nos dicen que sólo lo sirven hasta las 10.30. Le comentamos que nos habíamos desplazado desde fuera solo para esto, que nos quiten algún plato, pero que nos lo sirvan. Insisten en que es imposible, a pesar de nuestras caras de absoluta decepción. Le dijimos que nos dejábamos en sus manos y si era posible nos sirvieran lo más parecido al menú gastrobotánico. Lo normal en estos casos es advertir cuando se hace la reserva de todos los inconvenientes que pueda haber al reservar a una hora u otra. Si nos comentan esto en el momento de realizar la reserva habríamos reservado para antes. (Cuando llegamos nos dijeron que nos sintiéramos como en casa, en casa si llegas a deshoras siempre puedes cenar).
La decepción se apoderó de nosotros toda la noche y no disfrutamos igual.
Con los aperitivos nos sirvieron un aceite de oliva picual de Jaén y unas mantequillas de algas marinas y cítricos.




Continuamos con una aceituna esferificada de campo real,, algo insípida y aceitunas del país.




Macetita de germinados con brioche de aceite con mermelada de tomate. Un tanto dulzón el brioche pero buena la macetita de germinados.



La noche iba a más con una buena sopa fría de vainas laminadas con sugarsnap con pulpo seco y marcado con jugo de las propias vainas



Líquen en simbiosis de alga y hongo, crema de lechuga de mar birgantina y trufa, gran aperitivo.


Huerta de Aranjuez: un plato clásico de esta casa, que ya tomamos el año pasado. Un mosaico de verduras de temporada con una yema templada, crema de hongos y caldo de pimientos asados. Muy buen plato.




Arroz con anémona de mar, cordifole y  verduras del desierto. Buen arroz. Arriesgada la combinación con el cordifole, de intenso sabor vegetal.


Lomos esturión, manzana Granny Smith y espárragos del desierto. Una pieza de pescado quizás demasiado grande. Buena combinación con el sabor de la manzana.




Dulce de leche, galletita desmenuzada, crema de queso y espuma de miel de flores. El mismo postre del año pasado. Bueno aunque nos hubiera gustado probar algo diferente.


Petit fours intrascendentes.


Tras el café desapareció todo el mundo de la sala, estuvimos esperando un rato para pedir la cuenta y sin pedirla nos la trajeron. Sin ofrecernos tomar una copa, ni licor, ni nada.
Otro detalle un poco feo, se veía a los camareros con prisa por despacharnos.(Eran las 12.30).

En resumen: nos gusta mucho Rodrigo de la Calle como cocinero pero tras dos noches fallidas no podemos recomendarlo. Es un esfuerzo desplazarse y no recibir lo esperado.

Total factura:  !73,00 euros.
2 servicios: 10,00 euros.
2 finos: 10,00 euros.
André Clouet Grande Reserve: 48,00 euros.
2 cafés: 4 euros.


Visita 8 de Noviembre de 2010.

Este es uno de los restaurantes de los que podemos llamar de visita programada. Aunque Aranjuez está cerca de Madrid no nos parece nada prudente volver conduciendo, y disfrutar de un menú de esta categoría sin vino no entra en nuestros planes por eso, tras varios intentos fallidos un sábado por la noche, decidimos ir el 8 de noviembre, aprovechando el festivo de la Almudena, para poder pernoctar.
La noche, inhóspita donde las haya, nos presentaba El Real Sitio como una ciudad fantasma. Llegamos hasta el restaurante con ganas de pasar una agradable velada pero la noche comenzó mal, ya que cuando hicimos la reserva no nos informaron que el restaurante estaba cerrado esa noche, algo importante pues si vas hasta allí una fría noche de invierno, reservas un hotel y al llegar al restaurante te sientan en el Winebar y te dan la carta informal, antes de hablar mil pensamientos negativos ya han pasado por la cabeza y si encima la persona que nos atiende anda distraída, el enfado va en aumento.
Cuando ya vino a tomar la comanda hasta la mesa le dijimos que había un error que nosotros veníamos al restaurante y no nos habían informado que los lunes estaba cerrado. Muy amablemente nos dijo que podíamos degustar igualmente los menús del restaurante, esto mejoró la situación algo.
Nos decidimos por el menú gastrobotánico, que con un precio de 65 euros más IVA, consta de cuatro tapas, un arroz, un pescado, una carne y dos postres. 

Estos fueron los platos que disfrutamos:

Ostra al natural con ensalada verde y caviar cítrico "Huerto de Elche". Un plato refrescante y limpio en sabor.


Cous-Cous de crucíferas, germinados y brotes tiernos. Excelente plato.


Huevo de corral a baja temperatura con setas y trufa. Una buena versión de un clásico.


La huerta de Aranjuez. A modo de menestra: mosaico estacional de verduras y hortalizas de otoño. Magnífico plato.


Cogollos de lechuga de mar embebidos en caldo corto de crustáceos y dragonfly. Un plato arriesgado con sabor amarguizante que a María le gustó bastante pero del que Angel hubiese prescindido.


Arroz con algas y hongos, en su punto y sabroso.


Tacos de corvina con papillote de hojas de cidra y pedazos de remolacha a la sal. Muy buen plato aunque desde nuestro punto de vista prescindible la remolacha o parte de ella.


Papada de iberico al estilo thai con caldo de espinazo y morro. Buen contraste.



Primer postre. uno de los mejores del año.


Torrija con helado y leche de dátiles.


Las dudas con las que comenzaba la noche se fueron disipando a medida que avanzaba el menú. Disfrutamos de una gran experiencia gastronómica que estamos deseando repetir.

Total factura: 177,20 euros.
2 pan y cubiertos: 6,50 euros.
2 cervezas: 4,32 euros.
Vino: 39 euros.
1 café: 1,30 euros.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Yank Sing, dim sum en San Francisco.

Yank Sing son dos restaurantes especializados en dim sum en San Francisco. Está recomendado en muchas guías. Uno está en Stevenson St. y el otro en Rincon Center, nosotros fuimos a este último.



Los dim sum se preparan a diario al vapor, al horno, asados y fritos. Además se pueden comer otro platos de vegetales, ensaladas o pato.

El local es grande y decoración es como de buffet.




Visita 23 de Septiembre de 2011


Como teníamos un día de aviones y la comida no es especialmente buena, decidimos ir a Yank Sing a hacer un brunch de dim sum, que nos encantan.
Al llegar había mucha gente esperando en la entrada, nosotros habíamos reservado por teléfono, pero teníamos nuestras dudas porque la chica no hablaba muy bien inglés y parecía no entender bien el nombre. Llegamos y nuestra reserva estaba correctamente.
Nos dieron un aparatito para la espera que nos pitó inmediatamente.
Antes de sentarnos ya teniamos chinos con sus respectivos carros ofreciéndonos comida. Es un poco agobiante, porque sin darnos cuenta teniamos la mesa llena de comida. Sin sentarnos ya teníamos en la mesa los tres primeros platos.

Soft shell crab, cangrejo de concha blanda rebozado y frito. Nos pareció el peor, demasiado graso y el cangrejo no tenia la mejor de las texturas.



Potsticker. Dumplings al estilo del norte de China con carne de pollo picada, repollo de Napa, cebolletas, jengibre y  se relleno de aceite de sémano tostado, se hace al vapor  en un wok y después un poco en la sartén. Lo sirven con una salsa que se la llaman Yank Sing Chili Pepper Sauce. No son de los mejores dumplins.




Shanghai Dumpling. Un plato propio de Yank Sing consistentes en carne de cerdo Kurobuta picada, cebolleta y el jengibre; envuelta y cocida al vapor en su propio caldo aromático. De buen sabor, al romperse en boca desprendían el caldo. Muy buenos dumplings.



Mandarin dumplings with chives. Dumplings de gambas y cebollino. De textura delicada y sabor algo más intenso. Mejora el nivel.




Pork Sui Mye. Relleno de camarones y carne de cerdo picados a mano, forradas a mano con pasta fresca y formando una canastilla. Sobresalientes.


Har Gau Dumplings. Dumplings de carne de camarón picada a mano incrustados con fragmentos crujientes trozos de puntas de brotes de bambú de invierno dulce. No nos pudimos resistir y repetimos.


Stuffed Crab Claw. Croquetas de ligera y esponjosa mousse de cangrejo y gambas rellena de una pinza de cangrejo de nieve, se fríen hasta que estén doradas y crujientes por fuera y cremosas y sabrosas por dentro. Para repetir y repetir.


Tarta de pistacho helada. Totalmente prescindible


Egg Custard Tart. Tarta caliente de flan de huevo al horno; aterciopelada, suave y dulce crema pastelera de huevo con molde tarta de hojaldre, no tan bueno el hojaldre.



Acompañamos la comida con unas cervezas chinas. Lo de tomar te de jazmín  con la comida no nos apasiona mucho por muy típico que sea.


Aunque no nos parece elegante poner la factura en el blog y por eso hacemos siempre una desglose de ella al final, en este caso hacemos un excepción por lo curiosas que es.


Total factura: 99.28 $.
3 Cervezas: 13.50 $.

martes, 22 de noviembre de 2011

Le Cabrera Casa de América

Le Cabrera Casa de América es el restaurante y coctelería del coctelero argentino Diego Cabrera en el Palacio de Linares, justo al lado de la Plaza de Cibeles en Madrid. La intención de sus creadores es que, en este local, la cocina prime sobre la coctelería, a diferencia del primer local de Le Cabrera, donde se supone que es al revés. Para nosotros es mucho más acertada la propuesta del local original, con una buena sala en la parte de abajo donde disfrutar de buenos cócteles o combinados, y una atractiva barra en la parte de arriba donde disfrutar de una comida informal bien ejecutada por Benjamin Benssousan.
El local de Le Cabrera Casa de América tiene una decoración moderna, obra del interiorista Luis Galliussi. Cuenta además con un zona anexa para cócteles, Le Cabrerita, y una terraza de verano.

Visita 18 de Noviembre de 2011

Además de la carta, había disponibles dos menús: Le Cabrera y Casa de América.
Tras pedir dos cervezas y examinar las diferentes opciones elegimos el menú Casa de América.
Empezamos con dos aperitivos, unos pequeños hojaldres con muselina de pollo, correctos sin más y una crema de guisantes con bacon crujiente, agradable y con buen sabor.






Tras los aperitivos comenzamos con los entrantes:

Bocadillo de foie gras especiado: buen entrante, pan tostado con foie micuit y rúcula.



Falafel de quinoa: bastante sabroso, coronado con col con un un fuerte aliño de mostaza. No apto para todos los paladares pero bastante bueno.



Vieiras al jengibre con salteado de espinacas y anacardos: buenas las vieiras. Simplemente pasables las espinacas con sabor a jengibre y los anacardos.



El plato principal del menú podía ser elegido entre los dos siguientes:

Arroz negro con chipirones y ali-oli de ajo asado: un buen plato. Buen punto de un cremoso arroz negro con los chipirones y el ali-oli servidos aparte.



Presa ibérica al carbón, salteado de col de invierno y puré de apio bola: la presa casi crujiente por fuera y poco hecha en el interior. Gran sabor. Cremoso puré y buen acompañamiento de la col salteada.



Como primer postre tomamos el requesón de "As Neves", frutos rojos y miel de romero. Era el plato de queso. Buena combinación de sabores.


El segundo postre fue el tiramisú Le Cabrera. Riquísimo tiramisú, servido con una crema de café que el camarero añade ya en la mesa.


Con los cafés llegaron unas buenas trufas de chocolate como petit fours.


Para beber, además de cerveza, pedimos una copa de vino tinto, y nos trajeron un Terrazas de Los Andes, vino argentino de la uva Malbec. Hubiera estado bueno a una temperatura de unos 6 o 7 grados más alta...

El servicio fue muy atento en todo momento. Tanto que en varias ocasiones algún camarero nos ofreció algo que nos acababa de ofrecer otro compañero. Sin embargo a medida que el local se fue llenando, los tiempos entre platos se dilataron un poco.

La experiencia nos dejó un poco fríos. En general los platos estuvieron bien pero preferimos la barra del local de Bárbara de Braganza. A una cena propiamente dicha, con mesa y mantel, le pedimos algo más. Por el precio que pagamos pensamos que hay opciones mejores.

Total factura: 121,50 euros.
3 Heineken: 18 euros.
1 copa de vino 3,5 euros