domingo, 11 de diciembre de 2011

Rodrigo de la Calle: gastrobotánica.

Si tuviéramos que jugar a decir una palabra cuando se nos dice un nombre seguro que al decir Rodrigo de la Calle diríamos Gastrobotánica y a la inversa, porque si algo define la labor de este cocinero es su pasión por el producto de la huerta unido a la técnica. Se puede hablar de una cocina con identidad propia donde la frescura y conocimiento quedan reflejados en cada uno de sus platos.
Tras trabajar en Mugaritz y Berasategui, Rodrigo de la Calle abre su propio restaurante en 2008. Desde entonces ha recibido premios como Cocinero revelación 2009 y Cocinero de año 2011 en Madrid Fusión. Y este año su primera estrella Michelin.



Visita 26 de Noviembre de 2011

Gran cocina que necesita mejorar en pequeños detalles de atención y servicio al cliente.
Estábamos convencidos de que Rodrigo de la Calle conseguiría su primera estrella, ya que el año pasado cuando fuimos comprobamos que es un cocinero brillante.
Reservamos para el sábado a las 10.30, nos llamaron para confirmar y así lo hicimos.
Al llegar nos hicieron esperar unos minutos en la parte de arriba hasta que un camarero, aprovechando que nos llevaba hasta la mesa, se bajaba un par de platos para otros comensales. No pareció un detalle fuera de lugar, esto es normal en un bar o mesón pero no es lo correcto en un restaurante de alta cocina.
Nos dejaron la carta y nos sirvieron inmediatamente los aperitivos.
Teníamos bastante claro lo que íbamos a tomar, entre las 10.40 -10.45, no vienen a tomar nota. Pedimos el menú gastrobotánico y nos dicen que sólo lo sirven hasta las 10.30. Le comentamos que nos habíamos desplazado desde fuera solo para esto, que nos quiten algún plato, pero que nos lo sirvan. Insisten en que es imposible, a pesar de nuestras caras de absoluta decepción. Le dijimos que nos dejábamos en sus manos y si era posible nos sirvieran lo más parecido al menú gastrobotánico. Lo normal en estos casos es advertir cuando se hace la reserva de todos los inconvenientes que pueda haber al reservar a una hora u otra. Si nos comentan esto en el momento de realizar la reserva habríamos reservado para antes. (Cuando llegamos nos dijeron que nos sintiéramos como en casa, en casa si llegas a deshoras siempre puedes cenar).
La decepción se apoderó de nosotros toda la noche y no disfrutamos igual.
Con los aperitivos nos sirvieron un aceite de oliva picual de Jaén y unas mantequillas de algas marinas y cítricos.




Continuamos con una aceituna esferificada de campo real,, algo insípida y aceitunas del país.




Macetita de germinados con brioche de aceite con mermelada de tomate. Un tanto dulzón el brioche pero buena la macetita de germinados.



La noche iba a más con una buena sopa fría de vainas laminadas con sugarsnap con pulpo seco y marcado con jugo de las propias vainas



Líquen en simbiosis de alga y hongo, crema de lechuga de mar birgantina y trufa, gran aperitivo.


Huerta de Aranjuez: un plato clásico de esta casa, que ya tomamos el año pasado. Un mosaico de verduras de temporada con una yema templada, crema de hongos y caldo de pimientos asados. Muy buen plato.




Arroz con anémona de mar, cordifole y  verduras del desierto. Buen arroz. Arriesgada la combinación con el cordifole, de intenso sabor vegetal.


Lomos esturión, manzana Granny Smith y espárragos del desierto. Una pieza de pescado quizás demasiado grande. Buena combinación con el sabor de la manzana.




Dulce de leche, galletita desmenuzada, crema de queso y espuma de miel de flores. El mismo postre del año pasado. Bueno aunque nos hubiera gustado probar algo diferente.


Petit fours intrascendentes.


Tras el café desapareció todo el mundo de la sala, estuvimos esperando un rato para pedir la cuenta y sin pedirla nos la trajeron. Sin ofrecernos tomar una copa, ni licor, ni nada.
Otro detalle un poco feo, se veía a los camareros con prisa por despacharnos.(Eran las 12.30).

En resumen: nos gusta mucho Rodrigo de la Calle como cocinero pero tras dos noches fallidas no podemos recomendarlo. Es un esfuerzo desplazarse y no recibir lo esperado.

Total factura:  !73,00 euros.
2 servicios: 10,00 euros.
2 finos: 10,00 euros.
André Clouet Grande Reserve: 48,00 euros.
2 cafés: 4 euros.


Visita 8 de Noviembre de 2010.

Este es uno de los restaurantes de los que podemos llamar de visita programada. Aunque Aranjuez está cerca de Madrid no nos parece nada prudente volver conduciendo, y disfrutar de un menú de esta categoría sin vino no entra en nuestros planes por eso, tras varios intentos fallidos un sábado por la noche, decidimos ir el 8 de noviembre, aprovechando el festivo de la Almudena, para poder pernoctar.
La noche, inhóspita donde las haya, nos presentaba El Real Sitio como una ciudad fantasma. Llegamos hasta el restaurante con ganas de pasar una agradable velada pero la noche comenzó mal, ya que cuando hicimos la reserva no nos informaron que el restaurante estaba cerrado esa noche, algo importante pues si vas hasta allí una fría noche de invierno, reservas un hotel y al llegar al restaurante te sientan en el Winebar y te dan la carta informal, antes de hablar mil pensamientos negativos ya han pasado por la cabeza y si encima la persona que nos atiende anda distraída, el enfado va en aumento.
Cuando ya vino a tomar la comanda hasta la mesa le dijimos que había un error que nosotros veníamos al restaurante y no nos habían informado que los lunes estaba cerrado. Muy amablemente nos dijo que podíamos degustar igualmente los menús del restaurante, esto mejoró la situación algo.
Nos decidimos por el menú gastrobotánico, que con un precio de 65 euros más IVA, consta de cuatro tapas, un arroz, un pescado, una carne y dos postres. 

Estos fueron los platos que disfrutamos:

Ostra al natural con ensalada verde y caviar cítrico "Huerto de Elche". Un plato refrescante y limpio en sabor.


Cous-Cous de crucíferas, germinados y brotes tiernos. Excelente plato.


Huevo de corral a baja temperatura con setas y trufa. Una buena versión de un clásico.


La huerta de Aranjuez. A modo de menestra: mosaico estacional de verduras y hortalizas de otoño. Magnífico plato.


Cogollos de lechuga de mar embebidos en caldo corto de crustáceos y dragonfly. Un plato arriesgado con sabor amarguizante que a María le gustó bastante pero del que Angel hubiese prescindido.


Arroz con algas y hongos, en su punto y sabroso.


Tacos de corvina con papillote de hojas de cidra y pedazos de remolacha a la sal. Muy buen plato aunque desde nuestro punto de vista prescindible la remolacha o parte de ella.


Papada de iberico al estilo thai con caldo de espinazo y morro. Buen contraste.



Primer postre. uno de los mejores del año.


Torrija con helado y leche de dátiles.


Las dudas con las que comenzaba la noche se fueron disipando a medida que avanzaba el menú. Disfrutamos de una gran experiencia gastronómica que estamos deseando repetir.

Total factura: 177,20 euros.
2 pan y cubiertos: 6,50 euros.
2 cervezas: 4,32 euros.
Vino: 39 euros.
1 café: 1,30 euros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario