lunes, 31 de octubre de 2011

The Bazaar by José Andrés





Aprovechando nuestra estancia en el SLS Beverly Hills, el hotel donde se encuentra The Bazaar, decidimos reservar para cenar alli.
El local está dividido en ambientes, al entrar hay un lounge con una larga barra que se llama Bar Centro. A la derecha está Patisserie, que es la zona donde te llevan después de cenar a tomar el café y la izquierda está Rojo que es donde nos sentaron a cenar.



La decoración es cool y chic, al más puro estilo de Philippe Starck.

Visita 01 de Octubre de 2011


Al llegar nos indicaron que esperáramos por Bar Centro mientras nuestra mesa se preparaba. Tomamos un Bellini, que no estaba especialmente bueno y un Jose´s Gin Bombay Saphire. Este es sin duda el lugar para ver y ser visto de Beverly, aunque la puerta no es muy rigurosa, ya que se coló un grupo de la América profunda que desentonaban bastante.


Al cuarto de hora nos llevaron a nuestro sitio, una larga mesa frente a la cocina a la vista y que compartimos con otros comensales.


La carta se divide en Tradicional Tapas y Modern Tapas.
Tradicional Tapas se divide en: latas y conservas, jamones y embutidos, quesos, sopas, verduras, pescados y mariscos y carnes

De latas y conservas probamos Carlsbad Farm Oysters lemon, black peper. Una tapa muy parecida a la de Estado Puro de Paco Roncero pero en lugar de berberechos se sirven ostras.


Y Sea Urchin pipirrana, Andalucian vegetables. Unas gónadas de erizo de mar sobre pipirrana presentadas en lata como las ostras, el erizo no tenía nada de sabor.


De las sopas tomamos el Gazpacho estilo Algeciras, tomatoes, cucumber, bread, Sherry vinegar. Un gazpacho normalito, algo soso y con demasiado vinagre.


De pescados y mariscos pedimos "The ultimate Spanish tapa!" Ensaladilla rusa, potatoes, carrots, mayo, tuna belly. Bastante insulsa y la patata estaba empalotada.



De las carnes tomamos Braised Wagyu beef cheeks California Citrus. Buena tapa.



La carta de Modern Tapas se divide en carts, some little starters, salads, seafood, vegetables y some little sandwiches.

De esta parte de la carta pedimos de seafood "Smoked Yellowtail" Yoghurt, grapes,caper, radish. Nos gustó.


De vegetables. " Lemon artichokes" Black olive tapenade, dandelion. Buen plato de ensalada de alcachofas.



Terminamos la parte salada con "American Caviar" Crème fraîche, steamed buns and lemon air. El mejor de la noche.



Tardaron un rato hasta que nos llevaron a la patisserie, nos sentaron en un banco acogedor de estilo clásico con una mesa baja. Inmediatamente vino un chico y nos soltó un discurso en inglés para decirnos que eso sitio estaba reservado para las personas que habían cenado en el restaurante y nos quedamos con cara de no saber qué pasaba, le preguntamos que cuál era el problema y nos lo volvió a explicar, no se enteraba que se estaba equivocando.



Nos trajeron la carta de dulces y pedimos un poco de cada junto con unos cafés.
De postre pedimos "Tres leches". Coconut, Nitro frozen Pineapple, muy buen postre.



Un pate de fruit de berry, de saffron with edible paper y de pasion fruit. Un pasion fruit marshmallow. White chocolate- black olive lollipop. También pedimos una wedding cookie y otra chocolate fleur de sel.




Los petit fours están bien pero si sumas el total 12.50$+ impuestos, es un poco carete.
Cenamos con unas cervezas locales y otras inglesas, algo mejor estas últimas.
El servicio estuvo bien, aunque con fallos importantes, como despistes en tiempos, para pedir la segunda cerveza nos costó un poco, el del final que hemos narrado y luego se hizo eterno hasta que pudimos pedir la cuenta y pagar.
La cuenta es elevada en cuanto a lo que se come realmente, pero ya se sabe, un sitio de moda y un cocinero de moda es la mezcla perfecta para una cuenta inflada.

Total factura cena: 210.43 $.
2 Cócteles: 32.00 $.
2 Red Seal Ale: 14.00 $.
2 Samuel Smith' s: 16.00 $.
2 Cafés: 10.00 $.

domingo, 30 de octubre de 2011

LAGOON by Jean Georges

Lagoon by Jean Georges es el restaurante que el chef francés Jean Georges Vongerichten regenta en el hotel St. Regis en Bora Bora. En Diciembre de 2010 disfrutamos de una magnífica comida en su restaurante de Nueva York, por lo que en nuestra estancia en Bora Bora ésta era una visita obligada.

Visita 27 de Septiembre de 2011

El barco de nuestro hotel nos dejó en el restaurante, donde fuimos recibidos. La decoración de la sala es elegante, de estilo colonial, con suelos de cristal sobre la laguna. Nos ofrecieron una carta de cócteles y decidimos empezar la cena con uno: Bora Bora para María, Vodka Thyme Lemonade para Angel.


Comenzamos con un aperitivo de la casa:




Como entrantes elegimos:

Sashimi of Hamachi. Toasted Pecan and Xeres Vinaigrette.
Buen sashimi de pez limón bien acompañado por una crujiente nuez de pecán espolvoreada.


Caramelized Foie Gras. Passion Fruit, Litchee and Black Olives.
Producto europeo audazmente combinado con fruta de la pasión, lichis y aceituna negra. El resultado, sobresaliente.


Como platos principales decidimos tomar dos pescados locales:

Grilled Mahi Mahi. Black Sesame Dressing, Shiitakes, Maitakes and Portobello.
El mahi mahi o pez delfín es un pescado de aguas cálidas muy apreciado en la pesca deportiva y con una firme carne blanca. En Lagoon lo presentan acompañado de varios tipos de hongos con un buen resultado.


Pan Roasted Snapper. Tahitian Condiment, Basil Oil.
Deliciosa pieza de pargo con un exótico y sabroso condimento local. Rico rico.


Y llegaron los postres, los dos con una presentación perfecta y con una texturas y sabores espectaculares.

Caramelized Banana Cake. Praline Crunch, Salted Caramel Ice Cream.


White Chocolate and Meringue. Lemon Sorbet, Thai Basil.


Con los cafés nos ofrecieron un macaron, una trufa de chocolate y un marsmallow.



El servicio fue cercano, simpático y eficaz.
Como único punto negativo no nos gustó el hecho de que al intentar reservar dos días después para cenar de nuevo en Lagoon, esta vez en la zona exterior que da a la laguna, no pudimos hacerlo ya que, al parecer, esa zona se destina exclusivamente a los clientes del St. Regis... Muchos de ellos, como pudimos comprobar, turistas japoneses con unos modales absolutamente lamentables en la mesa.


Total factura: 30.990 XPF. (259,7 EUR).
1 Evian: 790 XPF.
2 cócteles: 3.800 XPF.
1 Chardonnay St. Veran: 6.600 XPF.
2 espresso: 1.200 XPF.

martes, 25 de octubre de 2011

COI






















De nuevo otro restaurante al que llegamos corriendo. Al parecer esta ha sido la tónica de nuestro viaje, correr para estar en punto a la hora de cenar.
El local no tenía todavía la fachada iluminada, pasaba bastante desapercibido y esa zona no es precisamente la mejor como para equivocarse.
Estuvimos algunos minutos esperando hasta que nos llevaron a nuestra mesa, lo cual desconcierta un poco, ya que no sabes si pasar o esperar en la puerta.
Nos sentaron en el lounge, que estaba decorado con una clara tendencia escandinava, lineas depuradas, con un predominio de colores musgo y grises a los que les aporta una nota de calidez la madera y  los cojines de imitación pelo de oveja. Desde aquí pudimos apreciar como ejecutaba una casi perfecta coreografía el personal de sala.
COI es un imprescindible en San Francisco. Daniel Patterson abrió este restaurante en 2006, después de fallidas experiencias, e inmediatamente le otorgaron dos estrellas Michelin entre otros galardones. Actualmente es el 75 en la lista San Pellegrino.
La cocina está basada en el movimiento slowfood, muy de moda en la zona de California de un tiempo a esta parte. En en la cocina se utilizan productos locales orgánicos, muchas plantas y flores entre otros, sin renunciar a alimentos de origen animal de pequeños agricultores. Aunque Daniel Patterson va más allá, ya que utiliza en su cocina las técnicas más modernas que dan lugar a platos con sabores depurados y sencillos. Patterson hace también guiños a la cocina internacional, como puede ser a la asiática y en muchos momentos nos puede recordar a la de grandes cocineros españoles.


Visita 22 de Septiembre de 2011

Esta vez teníamos claro lo que ibamos a cenar, puesto que el restaurante sólo sirve un menú degustación. La decisión estaba en maridarlo o no. Como la experiencia nos dice que no nos van a servir vinos de grandes bodegas y que por ese precio se puede disfrutar de vinos más que decentes en la mayoría de los casos, si el restaurante no infla descaradamente el precio, decidimos pedir un riesling.

La noche comenzó con un aperitivo: Pan de arroz de gambas y puré de aguacate. Crujientes dips de arroz y gambas con una salsa de aguacate aderezada con limón y aceite que la hacían sutil y cremosa.


Melon/Cucumber. Un plato compuesto por pepino, melón y gelatinosa aloe vera de los que prácticamente se apreciaba el buen sabor. Un plato refrescante y complejo.


Geoduck. Un entrante interesante cuyo ingrediente principal es el geoduck o almeja marina gigante, nativa de la Costa Oeste de Estado Unidos. Puede llegar a pesar hasta cinco kilos y medir hasta un metro. Excelente combinación la que se consigue en este plato con manzana verde, hinojo y lemon grass.



Tart. Tarta de tomate con base de pesto, olivas negras y pimienta negra. La base es un pesto presentado como trampantojo con mini tomates crudos y pelados, espuma de los mismos  y galleta de aceitunas negras que estaba un poco dulzona. Esta bien, pero falla la textura de los tomates.



Eggplant. Uno de los mejores platos de la noche sin duda fue la suave crema de berenjena en contraste con crujientes judias y gelatina de agua de tomate que junto con el limón confitado y el cilantro forman un perfecto equilibrio de texturas y sabores. Plato que permanece en el recuerdo gustativo.



Popcorn grits. Palomitas con crema de sémola y mantequilla. No le encontramos la gracia al plato.





New onion+potato.  Ensalada de patata, cebolla, espárragos, rábano, soja y brotes. No aporta mucho. Los dos últimos algo complicados.


Abalone. Oreja de mar de la Bahía de Monterry. De textura algo correosa y sabor parecido a la vieira es este marisco de concha tan apreciado en el mundo y que nos presentaron de una manera muy simple y sofistificada para no restar la importancia que el ingrediente principal merece.


Beef. Magnifica pieza de lomo envuelto en una rica costra de liquenes acompañado de espinacas de Nueva Zelanda, chantarellas y especias nativas. Después de tanto vegetal este plato se aprecia mucho más. La carne estaba poco hecha, justo como nos gusta. El sabor era insuperable.


Fresh cheese/fig. Consistía en un higo dulce con quenelle de queso cremosa. Buen postre.



Row peach.  Trozos de melocotón con sorbete del mismo, helado de leche y espuma de refresco de limón. Muy buen postre con elegante sabor.


Flavors of licorice. Bizcocho caliente de trigo ligeramente tostado acompañado de una rica crema, hinojo y coulis de frambruesa con pequeños trozos de caramelo rellenos de intenso regaliz.



Terminamos la cena con un papel de chocolate inflado y crujiente, que se parecía a algún cereal del desayuno.



El servicio profesional y atento, aunque como suele pasar en muchas ocasiones, cerca del final se demoraron bastante en traer los últimos platos, ya que estaban recogiendo.

Total factura incluyendo "service charge 18%": 478.83 $
Total factura cena: 411.51 $.
2 Degustation Menu: 310,00 $.
1 Joseph Biffar Riesling: 64,00 $.