Si no sabes lo que es o donde está, nunca dirías al pasar por Diego de León 3 lo que hay dentro. Como uno de esos clubes clandestinos, Eccola cuenta con una discreta entrada flanqueda por dos cuasicancerberos. Según se accede escaleras abajo se va formando el mismo halo de misterio que a la entrada de Hakkasan Londres. Tras las puertas se desvela un único espacio dividido en varios ambientes con una impactacte y moderna decoración, sin llegar al minimalismo o al estilo barroco se mezclan diferentes estilos para dar lugar a un gin bar, cóctel bar, restaurante, zona privada y zona lounge. En el centro hay una alargada barra iluminada con taburetes altos para cenar a la carta al más puro estilo Buddakan NY.
El privé es una zona acristalada que cuenta con una cava donde el equipo de Lavinia ha hecho una selección especial de vinos internacionales que se pueden tomar por copas o por botellas. Los precios son los mismos que en la tienda más el descorhe. La selección cuenta con referencias como Petrus, Chateaux Margaux, Chateaux Latour, Chateaux Lafite, Insignia de Napa Valley, Romanee Conti, Bollinger o el Dom Perignon. Aunque el nombre incite a pensar lo contrario se puede acceder libremente a esta zona.
Tanto en la parte exterior del privé como al fondo en la barra se puede picotear de forma más informal.
Desde las 18,30h hasta las 02,30h, de lunes a sábado, se puede ir a este local concebido como afterwork, sitio para quedar o tomar una copa y eso lo que fielmente ofrece, dejando en un segundo lugar la cocina dirigida por Carlos Rojas.
Visita 23 de Febrero de 2011
Ayer quedamos con Pilar para picar algo tras el trabajo, ya conocíamos el sitio porque hace unas semanas habíamos ido sin reserva y no nos pudimos quedar porque estaba lleno.
Al llegar nos llevaron los abrigos al guardarropa inmediatamente, pedimos un sitio para picar algo y nos ofrecieron la barra del fondo y la barra exterior del privé; nos decidimos por esta última que estaba menos ocupada.
Pedimos una ensladilla rusa que nos pareció uno de los mejores platos, buen sabor.
Las croquetas de jamón y espinacas, buenas sin más.
La tortilla de patata y cebolla caramelizada estaba correcta, aunque no parecía recién hecha.
Los fingers de pollo con salsa de mostaza estaban bastante sosos y algo grasos.
Terminamos con unas albóndigas de buey sabrosas y deliciosas, sin duda el mejor plato, a pesar de que la carne estaba algo dura.
En resumen, Eccola es un buen sitio para ver y ser visto, ideal para tomar unas copas, dará mucho que hablar.