domingo, 6 de febrero de 2011

Restaurante Piñera

Piñera es un restaurante de cocina de mercado, que se caractariza por la buena calidad de la materia prima y el excelente servicio de sala. Situado en el número 12 de la calle Rosario Pino de Madrid, contrasta positivamente con los asadores de la zona. La decoración del local es ecléctica con toques modernos y las mesas tienen una separación adecuada.
En nuestra primera visita a Piñera no quedamos del todo satisfechos con el servicio, así que teníamos ganas de volver para comprobar que aquélla sólo fue una mala noche.



Visita 5 de Febrero de 2011

Tras una cerveza y un Martini que vinieron acompañados de unas aceitunas gordal, nos trajeron el aperitivo: muslito de codorniz con su huevo y salsa de ciruelas, sabor delicado para un buen inicio.



A continuación la primera entrada que elegimos, anchoas del cantábrico y sardinas con tomate kumato, excelente materia prima.


Nuestra segunda entrada fue guiso de pulpo y papada con tubérculos: un plato muy sabroso en el que un dado de papada combinaba perfectamente con el pulpo guisado y la crema de tubérculo.



Los platos principales fueron:
Bacalao con queso camembert y caldo dashi: perfecto de punto, con un sabor limpio. La acertada  combinación de los tres elementos hacen de éste uno de los mejores platos de bacalao que hemos disfrutado últimamente.


Rape negro de Celeiro caramelizado. De nuevo buena materia prima y rica elaboración. Buen plato aunque quizás ligeramente pasado de punto.


De postre repetimos las crepes suzette, que preparan en sala con las ya habituales incidencias con los hornillos. Profundo sabor a naranja que lo hacía un postre ligero.


La carta de vinos es bastante amplia con precios moderados. Nosotros tomamos un champagne David Leclapart L'Amateur excepcionalmente servido por el sumiller, llenando muy poco las copas cada vez para que no se calentase, pero sin despistarse en ningún momento.
Tampoco hubo despistes en el servicio del pan, que además era de muy buena calidad. Nosotros probamos el de tomate y el de pasas.
Tras los cafés vinieron los petit fours: lingote de gelatina con arándanos, minibrioche y cereza de manzana.


Terminamos la velada con unos gin-tonics de Mombasa con Fever Tree, muy bien preparados.


Dejamos para el final el comentario acerca del servicio, impecable en todo momento. Tanto el maitre, como el sumiller y los camareros, estuvieron pendientes de nosotros en todo momento y no tuvieron ni un solo fallo. Como anécdota, fue la camarera la que, tras los postres, nos preguntó si tomaríamos una copa, prueba de que no tenían ninguna prisa por que nos fueramos. Al final tuvieron el detalle de invitarnos al postre, los cafés y los gt's.

Total  factura: 183 euros
Pan y aperitivos: 7 euros
Champagne: 54 euros


Visita 13 de Marzo de 2010

Empezamos un aperitivo de salmón hecho a baja temperatura, muy bueno.
Luego las entradas:
Lasaña de vieira con bacalao al pil pil y tomates secos. Un plato aparentemente atractivo pero en el que el pil pil dominaba sobre el resto de los ingredientes, hasta el punto de que la vieira y los tomates secos pasaban totalmente desapercibidos.



El nivel subió con la segunda entrada, los huevos perigordine. Un gran plato. Huevo con yema de intenso color y sabor, sobre una tortita de pan, acompañado de un bloque de foie y tierra de boletus. Sin duda el mejor plato de la noche.



Los platos principales:
El atún rojo en taco con salsa de pimientos rojos asados, demasiado hecho para nuestro gusto (en ningún momento se nos preguntó sobre el punto deseado).



Las manitas de cerdo rellenas de cordero con calçot. Crujientes por fuera y melosas por dentro. Un muy buen plato.



De postre pedimos las crepes suzette, que sabíamos que preparaban en la sala. Una incidencia técnica con los hornillos que utilizaban para prepararlos demoró su preparación. Una vez preparados, tardaron en servírnoslos bastantes minutos. La verdad es que estaban buenos.
Bebimos una botella de Abadía Retuerta Selección Especial. Agua no pedimos pero nos la sirvieron y cobraron, si bien es cierto que no nos cobraron los cafés.
Algunos detalles del servicio. Uno bueno fue el cuidado en la adecuada colocación de los platos en la mesa. Otros menos buenos: durante un rato se olvidaron de rellenarnos las copas de vino, se olvidaron de traer uno de los cafés, que tuvimos que reclamar y los petit fours llegaron cuando estábamos a punto de levantarnos de la mesa, con los cafés ya tomados y la vuelta de la cuenta en la mesa.
Total  factura: 150 euros
Pan y aperitivos: 7 euros
Vino: 30 euros

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