sábado, 2 de julio de 2011

Horcher

El primer Horcher abrió sus puertas en Berlín en 1904. Tras expandirse por algunos lugares de Europa y tras la destrucción del establecimiento original en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, se abre el restaurante Horcher en Madrid en 1943. Gestionado por la quinta generación de la misma familia, es éste de Madrid el único Horcher que sigue funcionando actualmente, en su emplazamiento original de la calle Alfonso XII, 6, frente al Retiro y a unos pasos de la Puerta de Alcalá. Pionero en Madrid en la introducción de estándares de lujo en la restauración tales como cuberterías de plata, cristal fino o servicio exquisito, Horcher ofrece desde sus inicios una cocina centroeuropea con especial atención a los platos de caza. Entre sus platos clásicos destacan la perdiz a la prensa, el steak tartare, el goulash de ternera a la húngara, la hamburguesa con patatas salteadas o el stroganoff a la mostaza pommery.

Visita 11 de Junio de 2011

Teníamos pendiente conocer este gran clásico de la restauración madrileña, uno de esos lugares que permanecen inalterables ante el paso del tiempo y la llegada de nuevas propuestas gastronómicas. Restaurantes como Horcher son necesarios en una gran ciudad como Madrid, pese a que haya quien pueda tacharlos de trasnochados o demasiado clásicos, que lo son. Pero merece la pena, de vez en cuando, disfrutar de sus recetas clásicas, de su buen servicio, y de su ambiente refinado.

Comenzamos con unas copas de champagne y a continuación nos sirvieron el aperitivo que consistió en una porción de foie gras a la pimienta.


El mejor plato de la noche fue uno de los primeros: gazpacho con bogavante y huevas de salmón. Uno de los mejores gazpachos que hemos probado.


El otro primero, arenques a la crema con kartoffelpuffer.


La célebre hamburguesa de Horcher también estuvo a buen nivel. Crujiente por fuera y tierna por dentro. Segunda en nuestro top.


Goulash de ternera a la húngara, con spätzle y chucrut. Carne tierna y salsa bien elaborada, aunque no dejaba ser una carne guisada.


Como postre elegimos un clásico de la casa, el baumkuchen o pastel de árbol, que nos pareció demasiado pesado.


Tras el postre y los cafés, fuimos invitados a un Gin Tonic bien preparado. Un detalle muy de agradecer.


La velada fue muy agradable, con un servicio impecable y un ambiente elegante en el que nos sentimos muy cómodos.


Total Factura: 260,28 euros.
2 cubiertos: 10 euros.
2 copas de champagne: 35 euros.
1 agua 6 euros.
1 Conde de San Cristóbal 2006: 36 euros.
2 cafés: 7 euros

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