viernes, 13 de enero de 2012

Kampa Park

Gastronómicamente hablando, Praga no es especialmente destacable. Siempre inundada de turístas, la oferta hostelera está demasiado volcada hacia el turismo masivo y no es fácil encontrar restaurantes gastronómicos de nivel.
Quizás una de las mejores opciones es Kampa Park, el mejor restaurante de los tres que conforman el Kampa Group.
Kampa Park tiene una situación privilegiada, a los pies del puente de Carlos, y cuenta con una terraza cubierta desde la que se puede disfrutar de unas magníficas vistas de este monumento emblemático de Praga.
La noche era fría pero varios calefactores conseguían que la temperatura de la terraza cubierta fuera adecuada.
Echamos en falta algún aperitivo, como correspondería a un restaurante de pretendida categoría. Así que pasamos directamente a los primeros.

Ostras tsarskaya con gazpacho de melón granizado. 4 ostras de tamaño medio a las que el gazpacho daba un buen toque refrescante. Ración algo escasa.


King crab roll con caviar lojrom, crema de aceite de eneldo y alioli de limón.
Buen producto en un buen plato pero de nuevo ración escasa.


Langosta "Veronique" pochada en mantequilla de vainilla con ragout de apio, morillas, y salsa de uva.
Excelente pieza de langosta a dos salsas, una de mantequilla y vainilla y otra de uvas. Una lámina de pasta por encima simulaba, en un trampantojo, una fina capa de gruyére. Gran presentación y gran sabor.


Fletán pochado en aceite de oliva, con trufa negra, crujiente de bacon, puré de patata con mostaza francesa y espuma de vegetales. Delicioso puré de patata con gotas de bacon crujiente. Demasiado pasado de punto el pescado pero, aún así, muy rico.


Antes del postre pedimos un plato de quesos: Mont d´Or, Roquefort, Saint-Nectaire y Pélardon.



Nuestro postre fue un aceptable cappuccino de fresa con helado de vainilla, nueces, merengue y brocheta de frutas del bosque.


Para beber tomamos un riesling moravo, el Peřina, Ryzlink Vlašský, cosecha tardía 2009.

El servicio fue correcto aunque algo disperso en algunos momentos.


Total factura: CZK 4.580 (EUR 183,20).
2 Martini rojo: CZK 250.
Peřina, Ryzlink Vlašský, pozdní sběr 2009: CZK 695.

4 comentarios:

  1. Siento disentir, pero en Praga la oferta gastronómica es bastante notable, y ha mejorado de forma extraordinaria en los próximos años. Kampa Park me parece un lugar sobrevalorado y carísimo para los estándares de la ciudad, con un servicio lento. No negaré que la comida no está mal (aunque para su precio, insisto, es lo menos que se puede pedir). Por decir algo, en las tabernas (y son franquicias) Kolkovna se come muy buen rancho local (abstenerse cardiacos) y se bebe una Pilsner Urquell como es de ley. Y de ahí, se puede escalar nivel en NoStress (una fusión franco-asiática que funciona bastante bien), se come estupendamente en Villa Richter (en los jardines del castillo), en Zaharada Opera... Para mí, el mejor es el Pato Azul, ¡excelente! Y si queremos darnos un lujillo tipo Kampa Park pero con vistas, recomiendo el restaurante del hotel Golden Well... Excepcional y con una historia interesante.
    ¡Muchas gracias por el blog!

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  2. Dani, muchas gracias por tu comentario. La verdad es que nuestra impresión sobre Praga es la que transmitimos en el post, basada en la investigación que hicimos antes de nuestro viaje, en la que no encontramos restaurantes de alto nivel en cuanto a cocina y sala como sí disfrutamos, por ejemplo, en Budapest. El Pato Azul sí que lo conocimos (tenemos pediente el post) y, aunque nos pareció un buen restaurante a un precio ajustado, no consideramos que sea un "restaurante gastronómico de nivel" de los que decimos en el post que echamos de menos. El restaurante del Golden Well no lo conocíamos, y la verdad es que tiene una pinta fantástica. Nos lo apuntamos para una próxima visita, así como todos los demás sitios que comentas. De nuevo muchas gracias por tu comentario. Saludos.

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  3. Muchas gracias por acercarnos este lejano restaurante, Sambuquita. Siempre es muy útil para futuros viajes, jeje. Me lo apunto!!

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  4. Para los que gustamos de una buena cena estando de paseo, Praga tampoco nos resultó de los mejores lugares. El apunte de atención desatenta, es quizá escaso, nos ha tocado en varios sitios indisimulado desgano y aspereza. Celebro el blog.

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