Le Bristol es un hotel de lujo ubicado en el 112 de la Rue Faubourg Saint-Honoré de París. Su restaurante gastronómico fue renombrado como Epicure tras la profunda transformación de que fue objeto en 2011.
La decoración de la sala es una representación del lujo más absoluto. Los suelos de mármol de Botticino, la espectacular lámpara o la cálida chimenea del siglo XIX, se complementan a la perfección con la vajilla de porcelana Raynaud de Limoges, la cristalería de Baccarat, y la cubertería de plata de Christofle. El comedor se abre a un precioso jardín interior de estilo francés.
El servicio de sala es el que se podría esperar en este entorno. El propio de un 3 estrellas parisino. Impecable, pendiente de todos los detalles pero sin agobiar en ningún momento.Una coreografía perfecta que te hace sentir excepcionalmente tratado y extraordinariamente cómodo.
El Chef de Epicure es Eric Frechon. Tras una carrera que incluye su paso durante 7 años como segundo de Christian Constant en el restaurante del Hotel de Crillon, Frechon se hizo cargo de la cocina de Le Bristol en 1999, cuando su restaurante gastronómico contaba con una estrella Michelín. En 2001 recibiría la segunda, alcanzando las 3 estrellas en 2009. Frechon define su cocina como una cocina de sabor donde el producto es el rey. Se inspira en la tradición francesa para construir platos más modernos y ligeros.
Comenzamos nuestro almuerzo con unas copas de Champagne Pierre Moncuit.
Inmediatamente nos sirvieron un pan con chalota confitada y mantequilla.
También tomamos otros panes a lo largo del menú como fueron el de aceitunas negras, anís y barrita.
Como amuse bouche degustamos una crema de foie y espuma de verduras, unas galletas de pimiento, piruleta de marisco y esferificación de tatar de ostras.
De primeros tomamos unas lenguas de erizo sobre una crema de huevo con una espuma de erizo por encima y una pequeña ramita de enebro. Como acompañamiento pusieron un pan tostado con una mantequilla de cebollino presentada en caramelo.
Y el mejor de todos los platos de nuestra aventura gastronómica en París fue un sublime foie con ostras. Presentado en en envoltorio de plástico que abren delante del comensal y luego retiran para presentar en el plato. Una verdadera delicia el foie y fantásticas las ostras de marennes que acompañaban. El caldo, estratosférico. Un diez.
Como platos principales disfrutamos de un cordero lechal en diferentes presentaciones. Acompañado de un magnifico fondo oscuro y un cous cous,
y de una lubina al horno con una buena salsa de mantequilla que no le restaba valor al excelso producto. Acompañada de una alcachofa rellena de moluscos y una crema de la misma.
Las siguientes fotos son de la pularda en dos tiempos que nos arrepentimos de no pedir.
Magnífico carro de quesos.
Por cortesía de la casa llegó un gran postre con una base de gelatina de frutas del bosque, galleta, helado de nata y palito de galleta de violeta con oro. Magnifico postre.
Después tomamos un café con interminables petit fours, ya que no dejan de servirlos mientras estés sentado a la mesa.
En resumen, aunque íbamos predispuestos a tomar un menú déjeuner porque en París los tres estrellas fuera de menú se disparan a unos precios astronómicos, al final comimos a la carta porque el menú no estaba disponible. Esto nos permitió probar ese glorioso foie. Disfrutamos de una experiencia gastronómica enorme, con un servicio del máximo nivel. La terminación que hacen de algunos platos en la sala es un espectáculo en sí misma.
112 rue du Faubourg Saint-Honoré 75008 París France
Tel.:33 (0) 1 53 43 43 40
Reservas por email y teléfono.
Total factura: 479,00 euros.
2 Pierre Moncuit: 52,00 euros.
1 Gewurtztraminer "Altenbourg" Domaine Blanck 2004: 75,00 euros
2 Cafés: 16,00 euros.
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